21 de Marzo

“¡Levántate, échate al hombro la camilla y camina!”

(Jn 5, 16)

 

La Cuaresma nos ofrece un tiempo especial para reconocer nuestras propias fragilidades y solidarizarnos con las de los demás. Quizás como el enfermo de Jerusalén hemos estado postrados por mucho tiempo en espera de alguien que nos ayude a superar nuestros problemas; o no nos hemos arriesgado a tomar la iniciativa de pedir ayuda para superarlos: “Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua empieza a agitarse. Y mientras yo voy, otro baja antes que yo”. Hoy Jesús, nos invita a poner también de nuestra parte para levantarnos, tomar la camilla de nuestras enfermedades, dolores o sufrimientos. Aprender a caminar con ellos y no limitarnos por los efectos negativos que generan en nosotros. ¡Levántate, échate al hombro la camilla y camina!.

 

Reflexionemos: ¿Cuál es la camilla que el Señor nos invita a levantar y cargar hoy?, ¿qué enseñanza nos deja la actitud del enfermo del evangelio?

 

Oremos: Enséñanos, Señor, a caminar con nuestros sufrimientos y enfermedades. A reconocer en ellos tú presencia que nos mueve a abrazar la vida con mayor fe y esperanza. Amén. 

 

Recordemos: La mejor manera de afrontar nuestras enfermedades es aprendiendo a caminar con ellas.

 

Actuemos: Entreguemos al Señor en esta jornada todos nuestros dolores y sufrimientos. Pidámosle la gracia de aprender a caminar con ellos.

 

Profundicemos: Las enfermedades llegan de manera repentina a nuestra vida y exigen de nosotros mayor fe y confianza (Libro: Encontrarle sentido a la enfermedad y al sufrimiento).

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