2 de febrero

 

A esa hora se presentó allí y empezó a alabar a Dios y a hablar acerca del niño a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén(Lc 2, 38)

 

Hoy celebramos la fiesta de la Presentación del Niño Jesús en el Templo. Fiesta en la que conmemoramos también la Jornada Mundial de la Vida Consagrada y se recuerda su gran aporte a nuestra Iglesia. Como Ana y Simeón, los consagrados son personas rectas y piadosas que entregan su vida a Dios por entero y dedican su tiempo, fuerzas y energías al anuncio del Evangelio. Ellos son movidos por el Espíritu Santo para llevar adelante la misión de Cristo en la Iglesia desde sus diferentes carismas y servir de puente entre Dios y las personas. Ana y Simeón, pese a ser personas de edad avanzada, vieron realizadas sus promesas de conocer al hijo de Dios gracias a su vida de fe y oración constante. Pidamos al Señor, en este día, que nos ayude como a Ana, Simeón y cada uno de los consagrados, a confiarle nuestra vida a Dios con sus proyectos, necesidades, preocupaciones. Así mismo, pongamos en sus manos, nuestro gran anhelo de ser personas de fe y de oración constante, que sepan llevar a sus vidas los designios de Dios y confiar en sus promesas.

 

Reflexionemos:

¿Confiamos a Dios nuestra vida y necesidades?, ¿cómo podemos fortalecer nuestra experiencia de oración?

 

Oremos:

Ayúdanos, Señor, a descubrir la gran alegría de consagrar nuestra vida y nuestro tiempo por entero a ti. De contar siempre con tu presencia en cada una de nuestras decisiones, proyectos y necesidades. Amén.

 

Recordemos:

Jesús nos invita a todos como bautizados a consagrar nuestra vida por entero a Dios.

 

Actuemos:

Consagrémosle a Dios en esta jornada nuestra vida, necesidades, proyectos. Pidámosle  la gracia de experimentar siempre su luz y su presencia.

 

Profundicemos:

La vida consagrada está llamada a ser signo visible del amor de Dios por la humanidad. A sembrar la semilla de la Palabra de Dios en el mundo entero. A ser portadores de luz y esperanza ante la realidad actual que vivimos (Libro: Al eco de su voz renace la esperanza).

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