19 de enero

“Tú eres el Hijo de Dios”

(Mc 3, 11)

 

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

En el evangelio de este día, Jesús busca un lugar apartado para compartir con sus discípulos, pero son tantas las personas que lo siguen para que los sane, que no puede retirarse. Pese a ello, Jesús no se desanima, sino que pide a sus discípulos que lo ayuden a proseguir su camino en lancha. Este deseo de partir y dejar la multitud obedece no tanto al deseo de abandonarlos, sino al de ser reconocido por lo que realmente es, y no tanto por los milagros de sanación que puede obrar en ellos: “Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo”. Tal vez como la multitud, también nosotros buscamos a Jesús movidos por diferentes intereses personales y no tanto por la centralidad de su mensaje. Pidámosle en este día la gracia, de conocerlo mejor, seguirlo y amarlo como el Hijo de Dios.

 

Reflexionemos: ¿Qué nos mueve a seguir a Jesús?, ¿lo buscamos por la fe que tenemos en él o por aquello que puede darnos?

 

Oremos: Enséñanos, Señor, a buscarte con un corazón sincero capaz de reconocer todo aquello que puedes obrar en nosotros.  Amén. 

 

Recordemos: No debemos buscar o condicionar a Dios a nuestros intereses personales.

 

Actuemos: Aprovechemos esta jornada para revisar nuestra vida y reconocer cuáles son los intereses que realmente nos mueven para buscar a Dios.

 

Profundicemos: Conocer a Jesús y la radicalidad su mensaje es una experiencia apasionante que cambia por completo nuestra vida (Libro: A la escuela del maestro 2023).

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