«Les conviene que Yo me vaya, porque si no me voy, no vendrá a ustedes el Paráclito»
(Jn 16, 7)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Es hermoso ver cómo Jesús, vive y actúa en todo momento unido al Padre y al Espíritu Santo. Tantas veces Jesús nos dejó ver la estrecha comunión que vivía con el Padre; y hoy al decirnos: les conviene que Yo me vaya, porque si no me voy, no vendrá a ustedes el Paráclito, nos muestra su estrecha unión con el Espíritu Santo.
En la Santísima Trinidad, Ninguno actúa por su cuenta, la comunión entre las Personas divinas es perfecta: Cada uno aporta lo que le es propio teniendo en cuenta al Otro y dando la precedencia al Otro para que realice su obra; pero la acción de cada uno es de todos; Ninguno prevalece sobre el Otro ¿No es maravilloso?
Reflexionemos: Esta es la comunión que Jesús quiere vivir con cada uno y crear entre nosotros. ¿Estoy dispuesto a entrar en esta corriente divina de comunión, acogiendo al otro en su diversidad y aceptándolo sin ninguna condición? Espíritu Santo, Espíritu de amor, ¡enséñanos a vivir la comunión!
Oremos: Gracias, Jesús, porque te fuiste al Padre para enviarnos el Espíritu Santo, que a nosotros criaturas tan pequeñas, nos hace entrar en la corriente divina del amor Trinitario; ayúdanos a serle dóciles como lo fuiste Tú. Amén.