“Hay uno que los acusa: Moisés, en quien tienen su esperanza”
(Jn 5, 31-47)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Como acabamos de escuchar, Jesús afirma que no es Él quien da testimonio de Sí mismo, hay otros que dieron y dan testimonio de él. El primero a quien hace referencia es Juan Bautista a quien llama “lámpara que ardía y resplandecía”, pero la luz que el irradiaba no era suya, le venía de su íntima relación con Jesús, única luz verdadera venida a este mundo.
Pero Jesús tiene otro testimonio mayor que el de Juan; son las obras que Él realiza. Por ejemplo: devolver la vida, perdonar pecados, liberar del poder del maligno; estas obras son el sello inequívoco de que Jesús es el enviado de Dios. Por ello, el testimonio que más cuenta para Él es su íntima relación con el Padre: solo Él ha visto su rostro, solo Él ha escuchado directamente su voz, porque es el Hijo amado. Quienes lo rechazan en nombre de Dios, aun conociendo las Escrituras nunca las han comprendido, ni conocen realmente a Dios.
Hermanos, esta fuerte acusación de Jesús a los judíos puede ser dirigida hoy a nosotros que leemos la Sagrada Escritura, conocemos el catecismo y nos gloriamos de ser cristianos, pero tal vez nuestra vida aún está muy lejos del modo de vivir de Jesús. Acojamos con humildad esta dura confrontación que el Señor nos hace y volvamos a Él de corazón.
Reflexionemos: ¿Creo de todo corazón que Jesús es el Hijo eterno de Dios enviado al mundo para salvarnos? ¿Vivo con Jesús una relación de amor que va transformando mi vida? ¿Qué siento que me pide hoy el Señor?
Oremos: Gracias Jesús, porque con tus enseñanzas, tu modo de vivir y de amar nos revelas el amor que el Padre tiene por nosotros y nos trazas el camino para llegar a Dios. Somos tus discípulos, ayúdanos a vivir como tú. Amen.
Actuemos: Quiero vivir como Jesús en amorosa relación con Dios Padre tratando de buscar y hacer su voluntad día tras día.
Recordemos: “Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo… dan testimonio de mí”.
Profundicemos: “Creer no es solo una idea, es una acción, una forma de vivir; creer quiere decir seguir la senda señalada por la Palabra de Dios” (Papa Benedicto XVI).
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