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12 de Noviembre

 

“ Así sucederá el día que se manifieste el Hijo del hombre ” (Lucas 17, 26)

 

La historia humana es un tejido de luces y sombras; a un periodo de conquistas sigue otro de luchas y dificultades. Este alternarse de tristezas y alegrías nos recuerda que Dios nunca nos ha abandonado: por ello, todo tiempo difícil siempre culminará en algo positivo que embellece nuestra vida.

Pero para marcar los ritmos de la historia, Dios siempre se ha servido de seres humanos, personas que por confiar en Él, son mediadoras de su amor hacia la humanidad: Gracias a Noé, la creación fue restaurada del diluvio. Gracias a Lot, la humanidad se restableció después de la destrucción de Sodoma y Gomorra. Gracias a Jesús de Nazaret la humanidad entera ha sido liberada de la muerte y del pecado.

Todos podemos ser mediadores del amor providente de Dios en el tiempo que nos toca vivir, si permanecemos abiertos y disponibles a Dios acogiendo su voluntad sobre nosotros.

 

Reflexionemos:

¿Soy consciente de ser mediación del amor de Dios para los otros? ¿Estoy siempre disponible a lo que Dios quiere de mí? ¡Señor quiero ser un canal de tu amor para todos!

 

Oremos:

Señor, creo que a través de los otros me comunicas tu amor y tu ternura; quiero aceptar las mediaciones de tu amor y ser yo también un canal que lleve a todos tu amor y tu bondad. Amén.

 

Recordemos:

“El que pretenda guardarse su vida la perderá; y el que la pierda la recobrará”

 

Actuemos:

Hoy estaré atento a las necesidades de los otros con la carga de amor que quisiera tener el último día de mi vida.

 

Profundicemos:

Un hombre que se atreve a perder una hora de su tiempo, no ha entendido el valor de la vida. Darwin ( Libro: Nunca es tarde para recomenzar una vida) P. Juca .

 

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