12 de Julio

“Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en ustedes, hace tiempo que se habrían convertido”

(Mt 11, 21)

 

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

Cada día, el Señor a través de su Palabra, las experiencias que vivimos y las personas que pone a nuestro lado, nos ofrece valiosas oportunidades para tomar conciencia de nuestras fragilidades personales, convertir nuestro corazón y reiniciar nuestro camino. Pero tal vez, como los habitantes de Corozaín y Betsaida, a los que Jesús recrimina en el evangelio de este día, cerramos nuestro corazón a sus llamados y preferimos continuar nuestro camino como mejor nos parece. Realidad que en lugar de ayudarnos, nos encierra cada vez más en nuestros egoísmos, nos aísla y nos priva de reconocer los milagros que Dios obra cada día en nosotros. Pidamos al Señor, en esta jornada la gracia, de acoger con un corazón dócil y humilde, los llamados de conversión que a diario nos hace. 

 

Reflexionemos: ¿Cómo acogemos los llamados de conversión que Dios nos hace?, ¿reconocemos los milagros que Él obra en nuestra vida?

 

Oremos: Abre, Señor, cada día, nuestra mente, nuestro corazón y nuestra voluntad, a los llamados de conversión que nos haces cada día en tu Palabra. Amén.   

 

Recordemos: Jesús nos ofrece cada día la oportunidad de reconocer nuestros errores y emprender de nuevo nuestro camino de regreso al Padre.

 

Actuemos: Dejemos resonar en este día, la necesidad de conversión que Jesús nos comunica en su Palabra, y pongamos en sus manos, aquellas realidades personales que más necesitamos transformar. 

 

Profundicemos: La conversión nos abre a un camino de liberación interior que nos ayuda a reconocer sacar lo mejor de nosotros mismos (Libro: El perdón, sana y libera).

 

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