10 de Marzo

  “Pidan y recibirán; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y les abrirán.

 (Mateo 7, 7-12)

Permitamos que la Palabra del Señor toque nuestra vida.

Con cuanto amor Jesús en este día nos  deja ver al Padre inclinado hacia nosotros suplicándonos que aceptemos el amor entrañable que nos tiene: “Pidan… busquen… llamen…”  El Padre quiere hacernos felices y espera que le confiemos nuestras necesidades, que  contemos con El, que nos sintamos seguros de su amor. Y para hacernos comprender hasta donde llega su ternura divina para con cada uno de nosotros, pone como ejemplo a nuestros papas, para dejarnos claro que su amor por ti y por mí supera infinitamente el que ellos pueden darnos.

Jesús no se cansa  de mostrarnos el corazón del Padre dispuesto siempre a darnos no solo lo que le pedimos sino lo que  en su previdencia infinita sabe que necesitamos. ¿Estoy seguro que puedo contar con Dios en cualquier momento de mi vida?

Pero como Jesús en su pedagogía divina nunca separa el amor a Dios del amor a los hermanos, termina su exhortación diciéndonos: “Todo lo que quieran que les hagan los demás, háganselo ustedes a ellos”. El discípulo de Jesús sabe que no se pertenece a sí mismo, vive para los demás, es un hermano de todos; su experiencia de sentirse amado por Dios como un hijo le da la certeza de que para todos es así.

 

Reflexionemos:

¿Reconozco en cualquier ser humano un hijo de Dios como yo? ¿Qué me pide el Señor?

 

Oremos:

Gracias Padre bueno por tu solicitud y tu ternura, tu amor siempre atento y fiel nos da cordura y total seguridad; no permitas que desconfiemos de Ti o busquemos felicidad fuera de Ti. Amén.

 

Recordemos:

Ustedes, pues, por malos que sean saben regalar cosas buenas a sus hijos. Con mucha más razón su Padre que está en el cielo concederá sus dones a quienes se los pidan.

 

Actuemos:

Al terminar cada jornada dedico unos momentos para descubrir en que momentos fui acompañado y sostenido por mi Padre Dios para agradecerle su bondad para conmigo.

 

Profundicemos:

“Esta es la oración: pedir, buscar y llamar al corazón de Dios. Y el Padre dará el Espíritu Santo a los que le piden. Este es el don, este es el plus de Dios. Dios jamás te da un regalo, una cosa que le pides así, sin envolverlo bien, sin algo más que lo haga más bello”.  Papa Francisco

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