“Él se levantó y lo siguió”
(Mt 9, 19)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Iniciamos un nuevo mes llenos de alegría por cada una de las bendiciones que a diario recibimos de Dios. Un mes que nos ofrece la oportunidad de continuar experimentando el amor que Dios tiene por cada uno de nosotros en su Palabra y el llamado que nos hace de ser sus discípulos. Así como lo experimenta Mateo, en el evangelio de este día, cuando recibe de Jesús la invitación de seguirlo. Una invitación que implica para Mateo elegir entre un estilo de vida libre y cómodo, por su condición de publicano, y aquel que le ofrece Jesús, sin más seguridades que el amor y el abandono en la providencia de Dios Padre. Mateo, elige el camino de Jesús y con una disponibilidad sorprendente, se levanta de su puesto de recaudación y lo sigue. Jesús pasa también hoy por nuestra vida y nos hace la misma invitación de Mateo. Aprovechemos esta jornada para dejar resonar en nuestro corazón las palabras de Jesús y reconocer, la manera como queremos y podemos responderle.
Reflexionemos: ¿Cómo resuena en nuestro corazón la invitación que Jesús le hace hoy a Mateo?, ¿qué realidades personales nos impiden responder con la misma disponibilidad de Mateo?
Oremos: Gracias, Señor Jesús, por llamarme a seguirte como Mateo. Ayúdame a dejar atrás todo aquello que me impide ponerme a tu servicio con un corazón libre y generoso. Amén.
Recordemos: Seguir a Jesús no solo llena de alegría nuestra vida, sino que también nos abre a un camino de servicio y de liberación.
Actuemos: Ponte en el lugar de Mateo, imagina que Jesús pasa cerca de ti y te llama: ¿Qué quieres decirle?
Profundicemos: Seguir a Jesús es una experiencia apasionante que llena de sentido nuestra vida y hace de todo aquello que somos y tenemos, un don para los demás (Libro: Seguir a Jesús, sin volverte un marciano).