Apóstol san Pablo, que con tu doctrina y caridad has evangelizado al mundo entero, mira con bondad a tus hijos y discípulos. Todo lo esperamos de tus súplicas al Maestro divino y a María Reina de los apóstoles. Haz, doctor de las gentes, que vivamos de fe, nos salvemos por la esperanza y reine en nosotros la caridad. Concédenos, instrumento elegido, una dócil correspondencia a la gracia divina a fin de que no quede infructuosa en nosotros. Haz que cada vez más te conozcamos, amemos e imitemos; que seamos miembros activos de la Iglesia, cuerpo místico de Jesucristo. Suscita muchos y santos apóstoles que aviven el cálido soplo de la verdadera caridad. Haz que todos conozcan y glorifiquen a Dios y al Maestro divino, Camino, Verdad y Vida. Y tú, Señor Jesús, que nos ves desconfiar de nuestras fuerzas, concédenos por tu misericordia ser defendidos contra toda adversidad, por la poderosa intercesión de san Pablo, nuestro maestro y padre. Amén.