“El novio está con ellos”
(Mc 2, 18 – 22)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Dice el evangelio de hoy que en aquel tiempo vinieron unos y le preguntaron a Jesús porque no ayunaban sus discípulos y Jesús les contestó: “¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo esta con ellos?” Y es que el esposo es Jesús mismo, él es la Palabra hecha carne, él es el vino exquisito, él es la alegría de la fiesta, la alegría del ser humano, él es la razón de nuestra fe, de nuestro credo, y creer en él y creerle a él, es creer en el amor, por eso Juan en su evangelio, dice que “todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios”. por eso, los discípulos de Jesús no ayunan, porque aman, están con el esposo, han creído en el amor y se sientan a la mesa a participar del banquete que en Jesús Dios ha regalado a la humanidad. No debemos olvidar la dimensión profunda de la alegría y del amor cristiano, porque Jesús está con nosotros. Llegarán momentos de ayuno pero diferentes, haciendo como Jesús hizo, amando aún a los que me cuesta, perdonando, no hablando mal del otro, dando de lo mejor que tengo a los demás y orando.
Reflexionemos: Estoy llamado a vivir en la alegría, en la fe, en la esperanza, en la paz a pesar de las dificultades, porque Jesús está caminando conmigo, compartiendo mi dolor y mi alegría.
Oremos: Señor Jesús, hoy quiero ayunar a tu modo: amando a mis enemigos, no chismoseando, perdonando, siendo solidario y orando. Ayúdame a serte fiel. Amén.
Actuemos: Hoy tendré un gesto concreto de solidaridad con alguien que lo necesite y lo haré con mucha alegría.
Recordemos: ¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos?
Profundicemos: Jesús está en medio nuestro, a través de la Eucaristía, de los sacramentos, de nuestros hermanos y este es el motivo de nuestra profunda alegría.
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