“El que no está contra nosotros, está a favor nuestro”, “Si tu mano te induce a pecar, córtatela”
(Mc 9, 38-43.45.47-48)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Y sea fuerza y ánimo en nuestro interior para crecer en la relación con Dios y con los hermanos en la fe. En la Biblia hay una figura literaria muy utilizada por los autores sagrados y se llama hipérbole. Con esta figura, se busca agrandar los rasgos y la gravedad de la situación para que comprendamos algo fundamental. Por eso, en el Evangelio de hoy dice: “Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al fuego eterno…”. Se usa una hipérbole que no se puede acoger al pie de la letra ya que, las exageraciones ahí señaladas, quieren dejarnos en claro que debemos ser radicales. Nada que ponga en peligro nuestra relación con Jesús debe ser consentido por nosotros.
Preguntémonos: ¿Cómo es nuestra fuerza de voluntad ante las tentaciones? ¿Qué estoy haciendo por la salvación de mi alma?
Oremos: Padre celestial, te pido en este día el gran regalo de tu Santo Espíritu. Lléname con sus dones, para que pueda seguir siendo fiel, leal y auténtico en el camino de la vida como lo fue Jesús. Ayúdame a no buscar ningún otro dios que no seas tú. Amén.
Actuemos: con mayor seguridad en el amor que recibimos por parte de Dios.
Recordemos: que siempre hay que ser cautelosos, prudentes y radicales para no poner en riesgo nuestra comunión con Dios.
Profundicemos: en la hipérbole que se está usando en el evangelio que hemos escuchado. Esta usa tres imágenes: la mano, para hablar de relaciones de trabajo y de comunicación de afectos. El pie, para hablar de proyectos, acciones. El ojo, para hacer referencia al conocimiento, o sea que hemos de tener cuidado para que todo lo señalado, no nos aparte de nuestra relación personal y comunitaria con Dios.
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