12 de Junio

“No he venido a abolir, sino a dar plenitud”

(Mt 5, 17-19)

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

Jesús deja claro que no pretende abolir la ley de Moisés, sino perfeccionarla. Él promueve una observancia más sincera de las nor- mas morales, que supere comportamientos moralistas los cuales solo prestan atención a lo exterior y secundario. San Pablo también nos dirá que la ley mosaica no posee autoridad por sí misma, sino por Jesús. La ley es guía hacia Cristo (cf. Ga 3, 24), quien, por medio de su Espíritu que ha infundido en nuestros corazones, nos impulsa a la justicia mayor: el amor. Por ello estamos llamados a comprender que el camino de una verdadera conversión interior, desde la ley, es el de un sincero esfuerzo por interiorizar nuestra experiencia y relación con Dios, pero sin dejar de aprovechar las riquezas espirituales de la Iglesia, sobre todo, a través de los sa- cramentos.

Tomado de: La Palabra, Pan de vida. Comentario al Evangelio diario 2024, Paulinas – Comentarios: Raúl Enrique Castro Chambi, S.J. y Carlos Cardó, S.J.

 

Preguntemos: Las palabras claves de este texto son: cumplimiento, enseñar y el Reino de los Cielos. ¿Soy como Jesucristo, que vivo cumpliendo y enseñando la Palabra de Dios?, ¿Cómo me estoy preparando para ser el menor o el grande en el Reino de los Cielos?, en estos momentos si el Señor me llamara y preguntara cómo van mis cumplimientos y enseñanzas ¿qué le diría?

 

Oremos: Señor, tu enseñanza en este Evangelio condensa todas las leyes en la ley suprema del amor. Las cosas hechas sin amor, esclavizan, pero todo lo que hacemos desde el amor nos libera. Por eso hoy, a la luz de tu Palabra, te pido me guíes siempre por esa ley que tú mismo has dejado impresa en mi corazón. Amén.

 

Actuemos: Al culminar la jornada me comprometo a examinar las acciones del día. Comprobaré mis motivaciones internas: si he obrado por rutina, por interés personal o por amor.

 

Recordemos: Jesús revoluciona las conciencias en el Discurso de la montaña abriendo nuevos horizontes para la humanidad y revelando plenamente la lógica de Dios. La lógica del amor que no se basa en el miedo sino en la libertad, en la caridad, en el sano celo y en el deseo salvífico de Dios, Nuestro Salvador, “que quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”. “Misericordia quiero y no sacrificio”.

 

Profundicemos: Las cosas hechas sin amor, esclavizan, pero todo lo que hacemos desde el amor nos libera. Por eso hoy, a la luz de tu Palabra, te pido que me guíes siempre por esa ley que tú mismo has dejado impresa en mi corazón.

 

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