¡Adviento, tiempo de gracia!
El papa Francisco nos invita a vivir este tiempo de Adviento como preparación directa a la Navidad "con la oración, la caridad y la alabanza, y con un corazón abierto a dejarse encontrar por el Señor que todo renueva". Esta es la ruta que nos propone a nosotros los fieles cristianos católicos.
Por ello, podemos contemplar y reflexionar a partir de cada uno de los grandes personajes de este tiempo que anuncian la esperanza, la reconciliación y la venida del Mesías, junto con el mensaje central que nos llama a vivir en la espera de la venida del Señor Jesús.
De luz nueva se viste la tierra,
porque el Sol que del cielo ha venido,
en la entraña feliz de la Virgen,
de su carne se ha revestido.
El amor hizo nuevas las coas,
el Espíritu ha descendido
y la sombra del que todo lo puede
en la Virgen su luz ha encendido.
Ya la tierra reclama su fruto
y de bodas se anuncia alegría;
el Señor que en los cielos habita
se hizo carne en la Virgen María.
Gloria a Dios, el Señor poderoso,
a su Hijo y Espíritu Santo,
que amoroso nos ha bendecido
y a su reino nos ha destinado.
Amén.
El "Fiat de María, abrió la puerta de encuentro de Dios con la humanidad
Ella está íntimamente asociada, por su unión con Cristo, a lo que creemos. En la concepción virginal de María tenemos un signo claro de la filiación divina de Cristo. El origen eterno de Cristo está en el Padre; él es el Hijo, en sentido total y único; y por eso, es engendrado en el tiempo sin concurso de varón. Siendo Hijo, Jesús puede traer al mundo un nuevo comienzo y una nueva
luz, la plenitud del amor fiel de Dios, que se entrega a los hombres. Por otra parte, la verdadera maternidad de María ha asegurado para el Hijo de Dios una verdadera historia humana, una verdadera carne, en la que morirá en la cruz y resucitará de los muertos. María lo acompañará hasta la cruz, desde donde su maternidad se extenderá a todos los discípulos de su Hijo.