14 de noviembre

Escucha La Palabra de Dios para cada día

 

Primera Lectura

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a Filemón 7-20

Querido hermano: He experimentado gran gozo y consuelo por tu amor ya que, gracias a ti, los corazones de los santos han encontrado alivio. Por eso, aunque tengo plena libertad en Cristo para indicarte lo que conviene hacer, prefiero apelar a tu caridad, yo, Pablo, anciano, y ahora prisionero por Cristo Jesús. Te recomiendo a Onésimo, mi hijo, a quien engendré en la prisión, que antes era tan inútil para ti, y ahora en cambio es tan útil para ti y para mí. Te lo envío como a hijo. Me hubiera gustado retenerlo junto a mí, para que me sirviera en nombre tuyo en esta prisión que sufro por el Evangelio; pero no he querido retenerlo sin contar contigo: así me harás este favor, no a la fuerza, sino con toda libertad. Quizá se apartó de ti por breve tiempo para que lo recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino como algo mejor que un esclavo, como un hermano querido, que si lo es mucho para mí, cuánto más para ti, humanamente y en el Señor. Si me consideras compañero tuyo, recíbelo a él como a mí. Si en algo te ha perjudicado y te debe algo, ponlo en mi cuenta: yo, Pablo, te firmo el pagaré de mi puño y letra, para no hablar de que tú me debes tu propia persona. Sí, hermano, hazme este favor en el Señor; alivia mi ansiedad, por amor a Cristo.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

Salmo responsorial 145, 7-10

R. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob.

El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente, hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos / R.
El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos / R.
Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad / R.

Aclamación antes del Evangelio (Jn 15, 5)

“Yo soy la vid, ustedes los sarmientos –dice el Señor–; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante”.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 17, 20-25

“El Reino de Dios está en medio de ustedes”

En aquel tiempo, los fariseos preguntaron a Jesús: “¿Cuándo va a llegar el Reino de Dios?”. Él les contestó: “El Reino de Dios no viene aparatosamente, ni dirán: ‘Está aquí’ o ‘Está allí’, porque, miren, el Reino de Dios está en medio de ustedes”. Dijo a sus discípulos: “Vendrán días en que desearán ver un solo día del Hijo del hombre, y no lo verán. Entonces se les dirá: ‘Está aquí’ o ‘Está allí’; no vayan ni corran detrás, pues como el fulgor del relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su día. Pero primero es necesario que padezca mucho y sea reprobado por esta generación”.

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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