“No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios”
(Lc 1, 30)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Celebramos en este día como Iglesia la fiesta de la Anunciación del Señor. Solemnidad que nos pone en contacto con la vocación de la Virgen María y su “Sí” a Dios que abrió para nosotros una nueva historia, la historia de la encarnación del hijo de Dios: “Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Como María cada uno de nosotros ha sido escogido por Dios a una misión especial, en el seno de nuestras familias, de nuestra sociedad, nuestros lugares de estudio, trabajo. Aprovechemos esta jornada para preguntarnos cómo la estamos viviendo y cómo podemos cooperar con Dios desde cada una de ellas, para la construcción del Reino. Que guiados por el Espíritu Santo como María, reconozcamos la alegría de experimentar la presencia de Dios en nosotros y en todo aquello que hacemos.
Reflexionemos: ¿Somos conscientes de la misión que Dios nos ha confiado?, ¿Cómo podemos comunicar a Dios a través de ella?
Oremos: Gracias, Señor, por llamarnos como a María a ser parte importante de tu misión. Por despertar en nosotros el deseo de servirte y amarte desde las pequeñas cosas que vivimos cada día. Amén.
Recordemos: Todos hemos sido llamados por Dios a una misión especial.
Actuemos: Agradezcamos al Señor en este día por la misión o vocación que nos ha dado.
Profundicemos: María nos enseña la alegría de acoger en nuestra vida el amor de Dios (Libro: Las palabras calladas).