4 de agosto

Escucha La Palabra de Dios para cada día

Primera Lectura

Lectura del libro del Éxodo 16, 2-4. 12-15
En aquellos días, la comunidad de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto, diciendo: “¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos alrededor de la olla
de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Nos han sacado a este desierto para matar de hambre a toda la comunidad”. El Señor dijo a Moisés: “Mira, haré llover pan del cielo para ustedes: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba, a ver si guarda mi instrucción o no. He oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Diles: ‘Al atardecer comerán carne, por la mañana se hartarán de pan; para que sepan que yo soy el Señor su Dios’”. Por la tarde una bandada de codornices cubrió todo el campamento; y por la mañana había una capa de rocío alrededor del campamento. Cuando se evaporó la capa de rocío, apareció en la superficie del desierto un polvo fino, como escamas, parecido a la escarcha sobre la tierra. Al verlo, los hijos de Israel se dijeron: “¿Qué es esto?”. Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: “Es el pan que el Señor les da de comer”.

L: Palabra de Dios.
T: Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL 77, 3-4bc. 23-25. 54
R. El Señor les dio pan del cielo.
Lo que oímos y aprendimos, lo que nuestros padres nos contaron, lo contaremos a la futura generación: las alabanzas del Señor, su poder / R.
Pero dio orden a las altas nubes, abrió las compuertas del cielo: hizo llover sobre ellos maná, les dio pan del cielo / R.
El hombre comió pan de ángeles, les mandó provisiones hasta la hartura. Los hizo entrar por las santas fronteras, hasta el monte que su diestra había adquirido / R.

Segunda lectura
Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 17. 20-24
Hermanos: Esto es lo que digo y aseguro en el Señor: que no caminen ya, como es el caso de los gentiles, en la vaciedad de sus ideas. Ustedes, en cambio, no es así como han aprendido a Cristo, si es que lo han oído a Él y han sido adoctrinados en Él, conforme a la verdad que hay en Jesús. Despójense del hombre viejo y de su anterior modo de vida, corrompido por sus apetencias seductoras; renuévense en la mente y en el espíritu y revístanse de la nueva condición humana creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas.

L: Palabra de Dios.
T: Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Mt 4, 4b)
“No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.

Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 24-35

“El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed”

En aquel tiempo, cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo has venido aquí?”. Jesús les contestó: “En verdad, en verdad les digo: me buscan no porque han visto signos, sino porque comieron pan hasta saciarse. Trabajen no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura
para la vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; pues a este lo ha sellado el Padre, Dios”. Ellos le preguntaron: “Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?”. Respondió Jesús: “La obra de Dios es esta: que crean en el que Él ha enviado”. Le replicaron: “¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: ‘Pan del cielo les dio a comer’”. Jesús les replicó: “En verdad, en verdad les digo: no fue Moisés quien les dio pan del cielo, sino que es mi
Padre el que les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo”. Entonces le dijeron: “Señor, danos siempre de este pan”. Jesús les contestó: “Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás”.

S: Palabra del Señor.

T: Gloria a ti, Señor Jesús.

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