“Vayan a contar a Juan el Bautista lo que vieron y oyeron”
(Lucas 7, 18b-23)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Bien sabemos que la misión de Juan el Bautista fue la de anunciar un camino de conversión, para preparar los corazones a la llegada del Salvador; y esto le costó cárcel y humillación, disminuyendo él para que Jesús creciera. Así cuando escucha hablar de Jesús, vive un tiempo de oscuridad y duda porque eso no correspondía a la idea que todos tenían del mesías, precisamente por ello envía a dos de sus discípulos a preguntar: “¿Eres tú el que debe venir, o tenemos que esperar a otro?”. Y Jesús mostrando los signos que realiza como su carta de presentación dice: “Vayan a contar a Juan lo que vieron y oyeron: los ciegos recobran la vista, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de su enfermedad, y los sordos oyen; resucitan los muertos, y a los pobres se les anuncia la buena noticia”. Cura a muchos de diversos males y enfermedades, devolviendo la salud y dignidad a las personas. Haciendo presente el Reino de Dios y cierra con una bienaventuranza: “¡Dichoso quien no se decepciona de mí!”.
Reflexionemos: Teniendo una experiencia de contemplación de la vida de Jesús, en nosotros algo cambia. ¿Cuál es mi carta de presentación como cristiano?
Oremos: Espíritu Santo concédeme paz en el corazón proclamar mi fe con la confianza de que en la adversidad, tú me sostienes. Amén.
Recordemos: “
“Jesús curó a muchos de enfermedades y sufrimientos y de espíritus malignos, y a muchos ciegos les devolvió la vista”.
Actuemos: Hoy ofreceré mis sufrimientos, fatigas y enfermedades, como expresión de mi amor al Señor.
Profundicemos: “No podemos desilusionarnos de Jesús por no cumplir con lo que nosotros esperamos que haga por nosotros. Él va más allá de todo lo que podemos esperar, curará nuestras necesidades y dolores, nos anuncia la buena nueva. Nos pide confianza y alegría, dejarnos en sus manos”. Papa Francisco.
Te invitamos a profundizar La Palabra de Dios con el Misal popular .