“Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela” (Lc 12, 37)
El evangelio de hoy, nos lleva a preguntarnos por la manera como asumimos nuestra vida y la misión que hemos recibido de Dios. Si como los siervos prudentes tenemos nuestras lámparas encendidas y ceñida nuestra cintura para servir; si somos personas precavidas que se preocupan por alimentar su vida de oración, fortalecer su relación con la Palabra y poner en práctica sus enseñanzas. Pidamos al Señor en este día, la gracia de asumir con mayor responsabilidad nuestra experiencia de fe y nuestro camino de seguimiento, de comprometernos mucho más con la construcción del Reino y con la vocación cristiana que recibimos en nuestro bautismo, para que cuando llegue nuestro encuentro definitivo con Dios, nos encuentre preparados y al día con todo aquello que nos ha confiado.
Reflexionemos:
¿Somos personas precavidas y prudentes?, ¿cómo asumimos nuestra vocación cristiana?
Oremos:
Enséñanos, Señor, a asumir con mayor fe y resolución nuestra vocación cristiana. A ser personas precavidas que sepan administrar con responsabilidad y prudencia, cada uno de los talentos que hemos recibido de ti. Amén.
Recordemos:
Seremos buenos administradores de nuestra vida, en la medida en que vivamos y seamos más de Dios.
Actuemos:
Revisemos en esta jornada la manera como administramos nuestra vida, capacidades, y cada uno de los dones que hemos recibido de Dios.
Profundicemos:
Administrar mejor nuestra vida, implica conocernos mejor necesitamos aprender a reconocer lo que somos y podemos ser desde Dios (Libro: En busca de la felicidad).