“Los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos” (Lc 9, 2)
En el evangelio de este día, Jesús envía a sus discípulos en misión. Les encomienda de manera especial dar a conocer sus enseñanzas y curar a los enfermos. Así mismo, partir ligeros de equipaje confiando únicamente en el amor providente del Padre: “No lleven nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco lleven túnica de repuesto”. Les pide también que entren en las casas que los acojan, compartiendo con sencillez lo que tienen y permaneciendo con ellos, hasta su partida. Instrucciones que animan el corazón de los discípulos y les enseña la gran importancia de escuchar, compartir y entrar en contacto con las necesidades reales de las personas: “Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando el evangelio y curando en todas partes”. Como los discípulos nosotros también estamos llamados hoy a ponernos en camino para anunciar las enseñanzas de Jesús y salir al encuentro de las necesidades de quienes están a nuestro lado. Pidamos al Señor, en este día la capacidad de responder con prontitud, generosidad y confianza a su llamado.
Reflexionemos:
¿Nos sentimos enviados por Jesús para compartir sus enseñanzas?, ¿cuál de las recomendaciones que Jesús da a sus discípulos, nos sentimos llamados a poner en práctica?
Oremos:
Ayúdanos, Señor, a experimentar la importancia de abrir cada día nuestra vida y nuestro corazón a tus enseñanzas, y compartirlas con todos aquellos que están a nuestro lado. Amén.
Recordemos:
Jesús nos envía en su nombre a comunicar a los demás el amor de Dios.
Actuemos:
Compartamos en este día con nuestros seres queridos la manera cómo podemos comprometernos con la construcción del Reino desde nuestros hogares.
Profundicemos:
Seguir a Jesús es experiencia apasionante que hace de todo lo que somos y tenemos un don para los demás (Libro: Seguir a Jesús sin volverte un marciano).