“Lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz” (Lc 8, 16)
A través de la imagen del candil que está hecha para iluminar a quienes están a su alrededor, Jesús en el evangelio de este día nos enseña la importancia de poner al servicio de los demás, todo aquello que hemos recibido de Dios: “Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz”. Como seres humanos tenemos muchos valores, cualidades y experiencias, que quizás por temor, comodidad o egoísmo, reservamos, perdiendo la posibilidad de percibir todo el bien que a través de ellos podemos ofrecer. Pidamos al Señor, en este día la gracia de aprender a compartir mucho más aquello que somos y tenemos con los demás. A experimentar como nuestras luchas, esfuerzos y experiencias, por más pequeños que sean, sirven de luz, guía y consuelo, para quienes caminan a nuestro lado.
Reflexionemos:
¿Somos luz y guía para quienes están a nuestro lado?, ¿cómo podemos compartir más nuestras cualidades y capacidades?
Oremos:
Enséñanos, Señor, a ser lámparas encendidas que iluminen con su vida y sus actitudes la vida de quienes están a nuestro lado. A reconocer la importancia de compartir con fe y alegría todo lo bueno que recibimos de ti. Amén.
Recordemos:
Nuestra vida tiene la capacidad de ser luz para los demás.
Actuemos:
Agradezcamos al Señor en esta jornada por las personas que con sus consejos, sus enseñanzas y su cercanía, son luz para nosotros.
Profundicemos:
Nuestras familias son el primer lugar en el que estamos llamados a ser luz, los unos para los otros (E-book: Creciendo en familia).