“Permanezcan en ese amor que les tengo” (Jn 15, 9)
Uno de los mayores regalos que Jesús nos comunica con su vida y misión es el gran amor que Dios nos tiene. Un amor que no tiene predilecciones sino que se da a todos por igual. Un amor que nos llama ante todo a escuchar las enseñanzas de Jesús y a ponerlas en práctica: “Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor, lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor”. En el evangelio de este día, Jesús nos enseña que permanecer en este amor, es la mayor fuente de nuestra alegría: “Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y así su alegría sea completa”. Pidamos al Señor en este día, que ante la circunstancia actual que vivimos podamos permanecer en su amor iluminando los desafíos que a diario se nos presentan con sus enseñanzas y acogiendo con serenidad nuestros problemas.
Reflexionemos:
¿Llevamos a nuestra vida las enseñanzas del evangelio?, ¿cómo podemos permanecer más en el amor de Dios en este tiempo de pandemia?
Oremos:
Ayúdanos, Señor, a permanecer unidos a tus enseñanzas ante la circunstancia actual que vivimos. Que iluminados por ellas, podamos afrontar con serenidad y alegría las realidades que nos desafían y ponen en riesgo nuestra existencia. Amén.
Recordemos:
Permanecer en el amor de Dios es afrontar con fe y serenidad los desafíos que la vida a diario nos presenta.
Actuemos:
Confiemos al Señor en esta jornada nuestras preocupaciones y pidámosle la gracia de iluminarlas con su Palabra.
Profundicemos:
Cuando permanecemos unidos a Dios por más dificultades que la vida nos presente somos capaces de superarlas y abrazar la vida con esperanza (Libro: El ángel surfista).