“Levántate y ponte ahí en medio” (Mc 3, 3)
En el evangelio de este día, los fariseos entran de nuevo en confrontación con Jesús por ir en contra de la observancia del sábado. En esta ocasión, lo hacen por curar a un hombre con la mano paralizada. Estas constantes confrontaciones de Jesús con las autoridades religiosas y civiles de su tiempo, muestran la necesidad que él tenía de reafirmar un cambio en la manera como era comprendido y vivido el sentido del sábado. Jesús quiere denotar que es más importante la vida y el bien que puede hacerse por una persona que la observancia rigurosa de prácticas vacías desligadas de la realidad: “¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?”. Pidamos al Señor en este día, que nos ayude a hacer de nuestra experiencia de fe un medio para salir al encuentro de las necesidades de las personas que nos rodean e iluminar desde la Palabra y nuestro testimonio cristiano, las diferentes situaciones que viven.
Reflexionemos:
¿Nuestra experiencia de fe nos lleva a solidarizarnos con los demás?, ¿cómo podemos hacer de nuestras prácticas religiosas un medio que promuevan la vida y la dignidad de las personas?
Oremos:
Ayúdanos, Señor, a vivir una experiencia de fe encarnada en la realidad de las personas, capaz de solidarizarse con sus necesidades y siempre abierta para comunicar tu amor y tu bondad. Amén.
Recordemos:
Nuestra fe se vive y se transmite en el trato y el cuidado que tengamos hacia los demás.
Actuemos:
Salgamos en este día al encuentro de alguna persona conocida que necesite de nuestro apoyo o consuelo.
Profundicemos:
Como bautizados estamos llamados a comunicar la alegría de ser discípulos de Jesús y continuadores de sus enseñanzas en los diferentes ambientes en los que transcurre nuestra existencia (Libro: Carta Encíclica Fratelli tutti).