“Los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que escuché a mi Padre” (Jn 15, 15)
El evangelio de este Sexto Domingo de Pascua nos permite experimentar el gran amor que Jesús siente por sus discípulos. Un amor que lo lleva a reconocerlos no como sus siervos, sino como sus amigos y a establecer con ellos una relación de igualdad. Dicha relación hace que Jesús, a diferencia de los maestros de su tiempo, elija sus propios discípulos, les enseñe todo aquello que ha aprendido del Padre y tenga como base de sus relacionamientos, el amor y la confianza: “Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace el amo; los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que escuché a mi Padre”. Esta actitud de Jesús nos invita también a nosotros hoy, a revisar la manera cómo nos relacionamos con los demás, especialmente con nuestros familiares, amigos, vecinos, conocidos y preguntarnos si lo hacemos con amor y confianza. Pidamos al Señor que en esta sexta semana, nos ayude a descubrir el sentido del amor que se entrega con gratuidad a los demás desde las cosas pequeñas de cada día.
Reflexionemos:
¿Cómo nos relacionamos con los demás?, ¿cómo podemos acrecentar el amor y la confianza en nuestras relaciones?
Oremos:
Enséñanos, Señor, a hacer del amor y la confianza la base de nuestros relacionamientos. Que como tú aprendamos a descubrir lo bueno que hay en cada persona, a tratarla con igualdad, respeto, cariño, compartiendo con sencillez todo aquello que somos y tenemos. Amén.
Recordemos:
El amor y la confianza son la base primordial en toda relación.
Actuemos:
Relacionémonos con mayor confianza en este día con nuestros seres queridos.
Profundicemos:
La confianza y el amor nacen de las relaciones que vivimos en familia y en pareja. Darnos la oportunidad de fortalecerlas nos ayudará a hacer de nuestros hogares lugares de esperanza y comunión (Libro: Pareja resilientes, del enamoramiento al amor).