“Le traspasó el costado, y salió sangre y agua”
(Jn 19, 31-37)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
El agua y la sangre que brotan del costado del Salvador son los símbolos de la vida bautismal y eucarística. El agua viva que nace de Él es el Espíritu que riega y vivifica el cuerpo de Cristo, su Iglesia; Él la alimenta y guía como lugar de la vida para los creyentes. Es cierto que la Iglesia celebra los sacramentos; pero también es verdad que los sacramentos, sobre todo el Bautismo y la Eucaristía, hacen a la Iglesia. Los sacramentos no son solo signos sagra- dos, sino los símbolos eficaces de los que Cristo resucitado se vale para habitar en medio de la Iglesia por medio de su Espíritu. El Corazón de Jesús es el corazón de Dios que ama. El Corazón de Jesús es fuente y expresión de su infinito amor por cada uno de nosotros. Él nos busca a cada uno. El Corazón de Jesús es un camino que nos lleva al encuentro con el Padre. El Corazón de Jesús nos empuja a amar con locura a Aquel que tanto Él amó: Dios.
Tomado de: La Palabra, Pan de vida. Comentario al Evangelio diario 2024, Paulinas – Comentarios: Raúl Enrique Castro Chambi, S.J. y Carlos Cardó, S.J.
Preguntemos: ¿Me siento a escuchar y a aprender de Jesús que es manso y humilde de corazón? ¿Cómo es tu amor con Dios, los demás y contigo mismo? ¿Dejo interpelar mi corazón por las urgencias del mundo de hoy? ¿Le presento al corazón de Jesús el dolor de la humanidad, las voces que han sido apagadas, los sueños que han sido frustrados, las fuerzas que se han debilitado y la esperanza de los que han sido abandonados?
Oremos: Jesús resucitado, mora en cada uno de nuestras heridas e historias; entra en cada corazón roto por las injusticias del mundo y la desigualdad social. Déjanos mirar por tus ojos y sentir el fuego de tu amor, permítenos ser seguidores tuyos en medio de tu preciosísima sangre y de la vertiente agua de tu costado. Amén.
Actuemos: ¿Nos dejamos bañar, empaparnos, sumergirnos por el océano infinito del amor del Padre? ¿Caminamos con confianza infinita en el Espíritu Santo? ¿Somos capaces de beber del pozo de agua viva que brota del costado de Jesucristo? ¿Confiamos en su infinita bondad, ternura, libertad y misericordia? ¿A qué me siento invitado?
Recordemos: La fidelidad de Dios nos enseña a acoger la vida como acontecimiento de su infinito amor y nos permite ser testigos y discípulos de entrega total desde la vida diaria.
Profundicemos: Cristo Jesús, hay quienes piensan que tu muerte fue una leyenda, una fábula o simplemente la han olvidado. Ante estas dificultades y muchas más, llénanos de gracia de tu Sacratísimo Corazón e infunde en nosotros los deseos de fe, esperanza y amor.
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