4 de octubre

 

“Anda, haz tú lo mismo” (Lc 10, 37)

 

En este día en que recordamos la vida de san Francisco de Asís, el evangelio nos invita a través de la parábola del buen samaritano, a preguntarnos por quién es nuestro prójimo y la actitud que estamos llamados a tener hacia él. Pregunta que movió el corazón de Francisco a reconocer al prójimo en todo lo creado, no solo en los seres humanos, sino también en la naturaleza y llamarlos hermanos. Como Francisco, Jesús nos invita en este día, a llevar a nuestra vida las actitudes del buen samaritano que no solo sale al encuentro del herido del camino, sino que también se acerca, cura sus heridas, las venda, lo monta en su cabalgadura e invita a otros, para que se hagan cargo de él. Pidamos al Señor en este día la gracia de ser buenos samaritanos y llevar a nuestra vida la pobreza, la sencillez, la alegría y el amor a la creación de san Francisco.

 

Reflexionemos:

¿Somos buenos samaritanos con los demás?, ¿qué nos enseñan las actitudes del buen samaritano?

 

Oremos:

Danos, la gracia, Señor, de reconocer en cada ser de la creación a un hermano que debemos cuidar y respetar. Que como san Francisco de Asís, podamos vivir en la pobreza, la sencillez y la alegría, el amor hacia nuestros hermanos. Amén.

 

Recordemos:

Dios está presente en cada ser de la creación.

 

Actuemos:

Revisemos en esta jornada la manera como cuidamos y respetamos la naturaleza. Busquemos hacer en familia algo a favor de ella.

 

Profundicemos:

La tierra no solo es nuestra madre, sino también una hermana que Dios ha puesto bajo nuestro cuidado (Libro: Nuestra madre tierra).

 

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