«Este es el discípulo que ha escrito esto y su testimonio es verdadero»
(Jn 21, 24)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
El texto que hemos escuchado está en los últimos versículos del evangelio de san Juan; en ellos el autor recuerda algunos episodios de su vida que nos dejan ver claramente cómo él ha sido testigo ocular de todo cuanto ha dejado escrito.
Jesús, dialogando con Pedro, le deja entender cómo será el final de su vida, y Pedro viendo que Juan viene detrás de ellos pregunta a Jesús: Señor y de él que será? Y El con cierta dureza le responde: ¿Si quiero que él se quede hasta que yo vuelva a ti qué’ ¡Tú sígueme!
Esta respuesta de Jesús a Pedro nos enseña a aceptar que el Señor tiene una relación personal y única con cada discípulo, que los demás hemos de acoger y valorar con profundo respeto. A cada uno, en su momento Jesús nos ha dicho “Tu sígueme”.
Reflexionemos: Al poner en boca de Jesús estas palabras, Juan nos deja intuir que la experiencia más hermosa de su vida ha sido haber seguido al Señor. ¿Es así también para ti? ¡Señor, seguirte a Ti, es nuestra gloria!
Oremos: Gracias, Señor, hoy podemos conocerte y amarte, gracias al testimonio de tus primeros discípulos. Derrama tu santo Espíritu sobre nosotros para que podamos acoger con fe viva la buena nueva anunciada por tus discípulos de ayer y de hoy. Amén.