“¿A qué se parece el reino de Dios?” (Lc 13, 18)
A través de las parábolas del granito de mostaza y la levadura, Jesús en el evangelio de este día nos enseña como el Reino de Dios acontece en lo pequeño y tiene la capacidad de permearlo todo. Enseñanza que llena de alegría nuestro corazón porque nos permite descubrir como Dios se vale de nuestra pequeñez para hacer su obra y mostrarnos lo mucho que su Palabra hace fructificar en nosotros, a tal punto de convertirnos en sustento y referente de vida para los demás: “Crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas”. Pidamos al Señor, en este día la gracia, de dejarnos habitar cada vez más por él y ser dóciles a de sus enseñanzas.
Reflexionemos:
¿Somos dóciles a la acción de Dios?, ¿qué actitudes o valores ha hecho crecer Dios en nuestra vida?
Oremos:
Ayúdanos, Señor, a reconocer, que tú te vales de todo aquello que somos para comunicar tu amor a los demás. A ser instrumentos dóciles a tus enseñanzas y fecundar a través de ellas, nuestra vida. Amén.
Recordemos:
Dios se vale de todo lo que somos y tenemos para hacer su obra.
Actuemos:
Contemplemos en este día, aquellas actitudes o valores que el Señor ha hecho crecer en nosotros.
Profundicemos:
La parábola del granito de mostaza nos enseña la importancia de poner todas nuestras capacidades, por más pequeñas que sean, al servicio de los demás (Libro: El grano de mostaza).