“Vio a un recaudador de impuestos llamado Leví, sentado en el lugar donde se hacía el recaudo, y le dijo: ‘Sígueme’” (Lc 5, 27)
La cuaresma es ante todo un tiempo que nos invita a experimentar la misericordia de Dios en nuestra vida. Así como la experimentó Leví al ser llamado por Jesús para ser su discípulo. Él por ser un recaudador de impuestos tenía en su vida otros intereses que lo alejaban de Dios y lo llevaban a ser discriminado por los suyos. Pese a ello, Jesús ve su corazón, lo llama desde su lugar de trabajo y lo invita a seguirlo ya que reconoce en él, un corazón generoso y disponible para cambiar de rumbo y abrirse a la novedad de sus enseñanzas. Leví, al igual que muchos otros recaudadores y pecadores de su tiempo vieron en Jesús una persona que los miró dignamente, libre de prejuicios y que con sus enseñanzas les ayudó a experimentar el amor misericordioso de Dios: “No son los sanos los que tienen necesidad de médico sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores, para que se arrepientan”. Experiencia suficiente para querer dejar el pasado atrás y abrirse a la vida del Reino con radicalidad. Pidamos al Señor pase hoy por cada uno de nuestros hogares o lugares de trabajo, nos mire como a Leví y nos ayude a cambiar y transformar nuestra vida. Así mismo, que nos ayude en este tiempo de cuaresma a vivir el cambio.
Actitud: Cambio.
Reflexionemos:
¿Qué realidades o actitudes personales necesitamos cambiar para abrirnos a la vida nueva que Jesús nos regala?, ¿cómo podemos seguir a Jesús con mayor entrega y compromiso en este tiempo de cuaresma?
Oremos:
Pasa, Señor, por nuestra vida y míranos con el mismo amor y la misma ternura que viste a Leví. Mira nuestro interior y ayúdanos a cambiar todo aquello que nos separa de ti. Saca lo bueno que hay en nuestro interior y ayúdanos a ponerlo al servicio de los demás. Amén.
Recordemos:
Cuando abrimos nuestra vida a la misericordia de Dios él nos ayuda a cambiar nuestras realidades de pecado.
Actuemos:
Experimentemos a lo largo de esta jornada la mirada de Jesús y expresémosle nuestro deseo de cambiar y transformar nuestra vida como Leví.
Profundicemos:
El tiempo de cuaresma nos invita a recorrer junto a Jesús el desierto para purificar nuestro corazón y encontrarnos con Dios (Afiche: Buscando el tesoro de la vida).