18 de Abril

Escucha La Palabra de Dios para cada día

Primera Lectura

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 4, 32-37

Una vez puestos en libertad, Pedro y Juan se dirigieron a los hermanos y les contaron todo lo que los sumos sacerdotes y los ancianos del sanedrín les habían dicho. Ellos, al oírlo, a una voz oraron a Dios diciendo: “Señor, tú hiciste el cielo, la tierra, el mar y todo cuanto hay en ellos, y tú pusiste con tu Espíritu Santo estas palabras en boca de nuestro padre David, tu siervo: ‘¿Por qué se amotinan las naciones, y los pueblos planean un fracaso? Se alían los reyes de la tierra, los príncipes conspiran contra el Señor y contra su Mesías’. De hecho, en esta ciudad Herodes y Poncio Pilato se aliaron con las naciones y con gente del pueblo de Israel contra tu santo siervo Jesús, a quien ungiste como Mesías, llevando a cabo lo que tú de antemano habías dispuesto que sucediera. Ahora, Señor, mira cómo nos amenazan, y concede a tus servidores que puedan proclamar con toda libertad tu palabra, y extiende tu mano para hacer curaciones, milagros y prodigios por la invocación del nombre de tu santo siervo Jesús”. Y luego que terminaron de orar, tembló el lugar donde estaban reunidos, y todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a proclamar la Palabra de Dios con libertad de espíritu.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

 

Salmo responsorial 92, 1-2. 5

R. El Señor reina, vestido de majestad.

El Señor reina, vestido de majestad; el Señor, vestido y ceñido de poder / R.

Así está firme el orbe y no vacila. Tu trono está firme desde siempre, y tú eres eterno / R.

Tus mandatos son fieles y seguros; la santidad es el adorno de tu casa, Señor, por días sin término / R.

Aclamación antes del Evangelio (Jn 3, 15)

“Tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea, tenga por Él vida eterna”.

Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 7b-15

“Nadie ha subido al cielo; pero hay alguien que bajó del cielo: el Hijo del hombre”

Continuó Jesús diciéndole a Nicodemo: “Debes volver a nacer. El viento sopla donde quiere: oyes el ruido que hace, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con el que nace del Espíritu”. Nicodemo le preguntó: “¿Cómo puede hacerse eso?”. Jesús le respondió: “Tú eres maestro de Israel, ¿y no entiendes estas cosas? Yo te aseguro: nosotros hablamos de lo que conocemos y damos testimonio de lo que hemos visto, aunque ustedes no aceptan nuestro testimonio. Si no creen cuando les hablo de cosas de la tierra, ¿cómo van a creer cuando les hable de cosas del cielo? Nadie ha subido al cielo; pero hay alguien que bajó del cielo: el Hijo del hombre. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea, tenga por Él vida eterna”.

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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