“El Hijo del hombre vino a que le sirvieran sino a servir y a entregarse a sí mismo en rescate por la multitud” (Mc 10, 45)
En el evangelio de este día, Santiago y Juan, sorprenden a Jesús con la petición que le hacen: “Concédenos que, cuando estés en tu trono, nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda”. Solicitud que revela las verdaderas intenciones de su corazón para seguirlo y despierta un gran sentimiento de indignación entre sus demás compañeros. Jesús aprovecha la ocasión para dejarles en claro que la centralidad del seguimiento no está en el poder ni la opresión, sino en el servicio: “Ustedes saben que los que son reconocidos como jefes entre los paganos, tratan despóticamente a sus súbditos, y que los grandes les hacen sentir su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera ser grande entre ustedes, debe ser servidor de los demás. Pidamos al Señor, en este día la gracia de hacer del servicio nuestro mayor referente de vida.
Reflexionemos:
¿Somos personas atentas y serviciales?, ¿qué intenciones nos llevan a seguir a Jesús?
Oremos:
Ayúdanos, Señor, a reconocer que el seguimiento implica ante todo, la capacidad de abrir nuestra vida a los demás y salir a su encuentro cuando más lo necesitan. Amén.
Recordemos:
El servicio hace nuestro corazón más libre y disponible para Dios y nuestros hermanos.
Actuemos:
Sirvamos con amor y alegría en esta jornada a quienes más lo necesitan.
Profundicemos:
La vida de la madre Teresa de Calcuta nos enseña a hacer del servicio, un auténtico estilo de vida (Libro: Madre Teresa de Calcuta. Misionera de la caridad).