16 de enero

“A vino nuevo, odres nuevos”

(Mc 2, 22)

 

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

Uno de los principales desafíos que vivimos como seres humanos es abrirnos a la novedad que nos presenta a diario nuestra vida espiritual. Esto en gran medida por la dificultad que tenemos para dejar de lado nuestras seguridades, comodidades, costumbres o juicios de valor, así como acontece con la práctica del ayuno en el evangelio de este día. Para los judíos esta práctica era central en su experiencia de fe, de allí que critiquen abiertamente a los seguidores de Jesús por no ponerlo en práctica. Pero Jesús, les deja en claro que más que la preocupación por seguir o no, una prescripción religiosa en la vida espiritual, lo realmente importante es la actitud interior que el encuentro con él, suscita en nuestro ser: A vino nuevo, odres nuevos”. Pidamos al Señor, en este día la gracia de aprender a acoger con fe la novedad que sus enseñanzas traen a nuestra vida personal, familiar y comunitaria. 

 

Reflexionemos: ¿Sabemos acoger con fe las situaciones novedosas que la vida a diario nos presenta?, ¿cómo podemos abrirnos más al vino nuevo que Jesús nos ofrece en su Palabra?

 

Oremos: Enséñanos, Señor, a abrir cada vez más nuestra mente y nuestro corazón a la novedad que representan tus enseñanzas. Amén. 

 

Recordemos: Jesús quiere ofrecernos el vino nuevo de su Palabra.

 

Actuemos: Aprovechemos esta jornada para revisar nuestra vida y percibir que tan abiertos o no, somos para acoger la novedad que Jesús nos comunica en sus enseñanzas.

 

Profundicemos: La Palabra de Dios tiene la capacidad de sorprendernos cada día con sus enseñanzas  (Libro: A la escuela del maestro).

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