1 de Febrero

Escucha La Palabra de Dios para cada día

Primera Lectura

Lectura del Primer libro de los Reyes 2, 1-4. 10-12

Se acercaban los días de la muerte de David y este aconsejó a su hijo Salomón: “Yo emprendo el camino de todos. Ten valor y sé hombre. Guarda lo que el Señor tu Dios manda guardar siguiendo sus caminos, observando sus preceptos, órdenes, instrucciones y sentencias, como está escrito en la ley de Moisés, para que tengas éxito en todo lo que hagas y adonde quiera que vayas. El Señor cumplirá así la promesa que hizo diciendo: ‘Si tus hijos vigilan sus pasos, caminando fielmente ante mí, con todo su corazón y toda su alma, no te faltará uno de los tuyos sobre el trono de Israel’”. David se durmió con sus padres y lo sepultaron en la Ciudad de David. Cuarenta años reinó David sobre Israel; siete en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén. Salomón se sentó en el trono de David su padre y el reino quedó establecido sólidamente en su mano.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

 

Salmo responsorial 1 Cro 29, 10-12

R. Tú eres Señor del universo.

Bendito eres, Señor, Dios de nuestro padre Israel, por los siglos de los siglos / R.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder, la gloria, el esplendor, la majestad, porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra / R.
Tú eres rey y soberano de todo. De ti viene la riqueza y la gloria / R.
Tú eres Señor del universo, en tu mano está el poder y la fuerza, tú engrandeces y confortas a todos / R.

Aclamación antes del Evangelio (Mc 1, 15)

“Está cerca el reino de Dios; conviértanse y crean en el Evangelio”.

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 7-13

Los fue enviando

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y decía: “Quédense en la casa donde entren, hasta que se vayan de aquel sitio. Y si un lugar no los recibe ni los escucha, al marcharse sacúdanse el polvo de los pies, en testimonio contra ellos”. Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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