Jesús Maestro
Seguramente hemos escuchado muchos títulos para referirnos a Jesús, algunos que expresan más familiaridad, “hermano, amigo, compañero de camino, Jesús Misericordioso, Buen Pastor”; otros nombres imprimen una mayor solemnidad, “Cristo, Señor, Hijo de David, Logos, Hijo de Dios, Hijo del Hombre, Cordero de Dios, Salvador, Nuevo Adán…”, etc. Cada uno de estos títulos cristológicos evocan un contexto específico en el que se configura dicho nombre y a la vez, una forma de relación vital con él, es decir, la persona asume una espiritualidad que permea su vida, orienta todo en conformidad a su forma de creer, al menos en el ideal debería serlo.
Para la Familia Paulina, fundada por el Beato Santiago Alberione, la centralidad de la vida es Jesús Maestro, por tanto, la experiencia de vida se da en el dinamismo Maestro – discípulo. La espiritualidad se entiende como una línea transversal integral que ilumina todo, a la persona toda en cada una de sus dimensiones cotidianas (apostolado, estudiosidad, fraternidad, vida de oración), por ello, la experiencia del seguimiento es de discipulado y no otras, como puede ser la experiencia esponsal. Seguimos al Maestro de Maestros, Maestro del amor, de la vida, de la alegría, del servicio… Jesús es Maestro en cada dimensión que podemos contemplar, nos precede con su ejemplo, enseña y se torna vehículo para alcanzarlo.
Te llamo MAESTRO porque quiero aprender de TI.
Te llamo LUZ porque quiero caminar hacia Ella.
Te llamo CAMINO porque quiero seguirte.
Te llamo VIDA porque no quiero apartarme de ti.
Te llamo VERDAD porque creo en Ti.
Te llamo GUIA porque quiero seguir Tus Mandamientos.
Te llamo BUENO porque Te Amo.
Te llamo ETERNO porque quiero pensar más allá del Mundo.
Te llamo NOBLE porque quiero abandonar mis maldades.
Te llamo TODOPODEROSO porque tengo temor de alejarme del Ti.
Te llamo JUSTO porque eres mi ejemplo a Seguir.
(Tomado de: Pequeña escuela de oración).
En los textos bíblicos encontramos varias referencias a Jesús como Maestro, que es camino, verdad y vida para la humanidad de todos los tiempos (Jn 13, 1-17; Mt 23, 1-10; Jn 14, 1-14).
Jesús Camino
Un Maestro que nos enseña el camino para llegar al Padre, cada una de sus palabras y gestos se tornan acción simbólica para la vida de sus discípulos y a la vez, para todos aquellos en el camino de discipulado hoy. Sus palabras y gestos evocan mucho más allá de lo que nuestros ojos pueden ver, Jesús expresa realidades mucho más profundas en cada una de sus acciones, en todo ello nos señala el camino y la forma en cómo debemos andarlo.
Jesús es camino y abre tantos otros con su paso: frente al odio abre camino al amor, en medio de la injusticia y la guerra busca las sendas de la justicia y la paz, en medio de los marginados y los que sufren es camino de acogida y consuelo; en fin, Jesús nos muestra que no hay camino hecho, sino como reza la canción, se hace camino al andar, y es en ese andar cotidiano donde estamos llamados a contemplar con nueva mirada ¿qué haría Jesús en esta situación?, ¿qué camino nuevo abriría?, ¿por qué senda se pondría a andar?
Jesús Verdad
Ante tantas incertidumbres de la vida Jesús es la Verdad, es como aquella luz que a pesar de todas las tinieblas sigue alumbrando con firmeza, no se deja opacar por los vientos de la falsedad. La verdad de Jesús es su vida, muchos en su tiempo le llamaron profeta, porque anuncia y denuncia lo que es debido.
Muchos esperaban la llegada de un reino donde todo se solucionaría mágicamente, Jesús en cambio anunció un reino diferente al que esperaban, este no está exento de dificultad, persecución, negación e incluso traición de sus más allegados; no trata de ganar popularidad entre sus seguidores, su obra es la de Dios y va por ella hasta las últimas consecuencias; su Verdad desarma estructuras, leyes y personas; la verdad es así, a veces puede incomodar pero también liberar.
En nuestro tiempo, con la inmediatez y la eficacia de los medios, recibimos cantidad de informaciones, ¿cuántas de ellas son verdaderas? Seamos valientes, defendamos la verdad, cultivemos el espíritu crítico y la astucia para anunciar el Evangelio en los contextos tan desafiantes que hoy nos acompañan, seamos claros en nuestras propuestas, jamás sacrifiquemos nuestras convicciones para encajar o agradar a nadie. Seamos hombres y mujeres de la Verdad.
Jesús Vida
¿Sobre qué o quiénes estamos afianzando nuestra vida, nuestros proyectos, sueños? Pidamos la gracia al Señor, de que realmente Jesús sea ese motor en nuestra vida, esa fuerza que nos motive a levantarnos por la mañana, Aquel que inspire nuestras decisiones en la jornada, Aquel con quien contemplemos el rápido paso del tiempo.
Jesús es Vida, nos da vida con su entrega amorosa, nos alimenta con su cuerpo y sangre en cada altar donde celebramos la Eucaristía, nos renueva con su misericordia, nos da la oportunidad de amar y ser amados, nos hace vibrar con los gestos más sencillos y nobles que encontramos en nuestros padres, en la familia, en los hijos, en los amigos, en la sonrisa de alguna persona que por casualidad encontramos en la calle; son tantos los motivos para agradecer y celebrar la vida junto a Jesús, a veces casi imperceptibles, pero cuando nos damos la oportunidad de contemplarlos son realmente transformadores. Así que, no tengamos miedo de entrar en la escuela del Maestro.
Jesús Maestro, santifica mi mente y aumenta mi fe.
Jesús Maestro, docente en la Iglesia, atrae a todos a tu escuela.
Jesús Maestro, líbrame del error, de los vanos pensamientos
y de las tinieblas eternas.
Jesús, Camino entre el Padre y nosotros, todo lo ofrezco y todo lo espero de ti.
Jesús, Camino de santidad, hazme tu fiel imitador.
Jesús Camino, hazme perfecto como el Padre que está en los cielos.
Jesús Vida, vive en mí, para que yo viva en ti.
Jesús Vida, no permitas que yo me separe de ti.
Jesús Vida, haz que yo viva eternamente el gozo de tu amor.
Jesús Verdad, que yo sea luz del mundo.
Jesús Camino, que yo sea ejemplo y modelo para la humanidad.
Jesús Vida, que mi presencia lleve a todas partes gracia y consuelo.
(Tomado de: Oraciones de la Familia Paulina).