En aquellos días, Moisés bajó y contó al pueblo todas las palabras del Señor y todos sus decretos; y el pueblo contestó con voz unánime: “Cumpliremos todas las palabras que ha dicho el Señor”. Se levantó temprano y edificó un altar en la falda del monte, y doce estelas, por las doce tribus de Israel. Y mandó a algunos jóvenes de los hijos de Israel ofrecer al Señor holocaustos e inmolar novillos como sacrificios de comunión. Tomó Moisés la mitad de la sangre y la puso en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar. Después tomó el documento de la alianza y se lo leyó en voz alta al pueblo, el cual respondió: “Haremos todo lo que ha dicho el Señor y le obedeceremos”. Entonces Moisés tomó la sangre y roció al pueblo, diciendo: “Esta es la sangre de la alianza que el Señor ha concertado con ustedes, de acuerdo con todas estas palabras”.
L: Palabra de Dios
T: Te alabamos, Señor
R. Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza.
El Dios de los dioses, el Señor, habla: convoca la tierra de oriente a occidente. Desde Sión, la hermosa, Dios resplandece / R.
“Congréguenme a mis fieles, que sellaron mi pacto con un sacrificio”. Proclame el cielo su justicia; Dios en persona va a juzgar / R.
Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza, cumple tus votos al Altísimo e invócame el día del peligro: yo te libraré, y tú me darás gloria” / R
Acojan dócilmente la Palabra que ha sido injertada en ustedes y es capaz de salvar sus vidas.
“Déjenlos crecer juntos hasta la siega”
En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola al gentío: “El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras los hombres dormían, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: ‘Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?’. Él les dijo: ‘Un enemigo lo ha hecho’. Los criados le preguntan: ‘¿Quieres que vayamos a arrancarla?’. Pero él les respondió: ‘No, que al recoger la cizaña, pueden arrancar también el trigo. Déjenlos crecer juntos hasta la siega y cuando llegue la siega diré a los segadores: arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla, y el trigo almacénenlo en mi granero’”.
S: Palabra de Dios
T: Gloria a ti, Señor Jesús