16 de diciembre

Liturgia diaria

En nuestro caminar diario, encontramos en la Palabra de Dios una fuente inagotable de sabiduría, consuelo y guía. La Liturgia del Día nos conecta con la Iglesia universal, permitiéndonos reflexionar y meditar sobre las Escrituras junto a millones de fieles en todo el mundo. Cada lectura es una oportunidad para escuchar la voz de Dios, que nos llama a vivir en su amor y seguir sus enseñanzas.

Escucha La Palabra de Dios para cada día

Primera Lectura

Lectura de la profecía de Sofonías 3, 1-2. 9-13

Esto dice el Señor: “¡Ay de la ciudad rebelde, impura, tiránica! No ha escuchado la llamada, no ha aceptado la lección; no ha confiado en el Señor, no ha recurrido a su Dios. Entonces purificaré los labios de los pueblos para que invoquen todos ellos el nombre del Señor y todos los sirvan a una. Desde las orillas de los ríos de Cus, mis adoradores, los deportados, traerán mi ofrenda. Aquel día, ya no te avergonzarás de las acciones con que me ofendiste, pues te arrancaré tu orgullosa arrogancia y dejarás de engreírte en mi santa montaña. Dejaré en ti un resto, un pueblo humilde y pobre que buscará refugio en el nombre del Señor. El resto de Israel no hará más el mal, no mentirá ni habrá engaño en su boca. Pastarán y descansarán, y no habrá quien los inquiete”.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

Salmo Responsorial 33, 2-3. 6-7. 17-19. 23

R. El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren / R.
Contémplenlo, y quedarán radiantes, su rostro no se avergonzará. Si el afligido invocó al Señor, él lo escuchó y lo salvó de sus angustias / R.
El Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias / R.
El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. El Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a Él / R.

Aclamación antes del Evangelio

Ven, Señor, y no tardes, perdona los pecados de tu pueblo.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 28-32

“Vino Juan y los pecadores le creyeron”

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó el primero y le dijo: ‘Hijo, ve hoy a trabajar en la viña’. Él le contestó: ‘No quiero’. Pero después se arrepintió y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: ‘Voy, señor’. Pero no fue. ¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?”. Contestaron: “El primero”. Jesús les dijo: “En verdad les digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de ustedes en el reino de Dios. Porque vino Juan a ustedes enseñándoles el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, ustedes no se arrepintieron ni le creyeron”.

S: Palabra de Dios

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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