13 de julio

Liturgia diaria

En nuestro caminar diario, encontramos en la Palabra de Dios una fuente inagotable de sabiduría, consuelo y guía. La Liturgia del Día nos conecta con la Iglesia universal, permitiéndonos reflexionar y meditar sobre las Escrituras junto a millones de fieles en todo el mundo. Cada lectura es una oportunidad para escuchar la voz de Dios, que nos llama a vivir en su amor y seguir sus enseñanzas.

Escucha La Palabra de Dios para cada día

Primera Lectura

Lectura del libro del Deuteronomio 30, 10-14

Moisés habló al pueblo, diciendo: “Escucha la voz del Señor, tu Dios, observando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el libro de esta ley, y vuelve al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma. Porque este precepto que yo te mando hoy no excede tus fuerzas, ni es inalcanzable. No está en el cielo, para poder decir: ‘¿Quién de nosotros subirá al cielo y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?’. Ni está más allá del mar, para poder decir: ‘¿Quién de nosotros cruzará el mar y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?’. El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que lo cumplas”.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

Salmo responsorial 68, 14. 17-18. 30-31. 33-34. 36-37

R. Humildes, busquen al Señor, y revivirá su corazón.

Mi oración se dirige a ti, Señor, el día de tu favor; que me escuche tu gran bondad, que tu fidelidad me ayude. Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia; por tu gran compasión, vuélvete hacia mí / R.
Yo soy un pobre malherido; Dios mío, tu salvación me levante. Alabaré el nombre de Dios con cantos, proclamaré su grandeza con acción de gracias / R.
Mírenlo los humildes, y alégrense; busquen al Señor, y revivirá su corazón. Que el Señor escucha a sus pobres, no desprecia a sus cautivos / R.
Dios salvará a Sión, reconstruirá las ciudades de Judá. La estirpe de sus siervos la heredará, los que aman su nombre vivirán en ella / R.

Segunda Lectura

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 15-20

Cristo Jesús es imagen del Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque en Él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles. Tronos y Dominaciones, Principados y Potestades; todo fue creado por Él y para Él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en Él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en Él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por Él y para Él quiso reconciliar todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

Aclamación antes del Evangelio (Cf. Jn 6, 63c. 68c)

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida; tú tienes palabras de vida eterna.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 25-37

“¿Quién es mi prójimo?”

En aquel tiempo, se levantó un maestro de la ley y preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?”. Él le dijo: “¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?”. Él respondió: “‘Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza’ y con toda tu mente. Y ‘a tu prójimo como a ti mismo’”. Él le dijo: “Has respondido correctamente. Haz esto y tendrás la vida”. Pero el maestro de la ley, queriendo justificarse, dijo a Jesús: “¿Y quién es mi prójimo?”. Respondió Jesús diciendo: “Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba él y, al verlo, se compadeció, y acercándose, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: ‘Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva’. ¿Cuál de esos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?”. Él dijo: “El que practicó la misericordia con él”. Jesús le dijo: “Anda y haz tú lo mismo”.

S: Palabra de Dios

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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