“Regresaron a su tierra por otro camino”
(Mt 2, 12)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Celebramos en este día la solemnidad de la Epifanía del Señor. Fiesta con la que concluimos el tiempo de Navidad y damos gracias a Dios por revelarnos su amor y predilección en la ternura y la dulzura de un niño recién nacido en Belén. Revelación que no se queda solo en los confines de Palestina, sino que se abre a todas las naciones, gracias a la estrella que guía a los sabios de oriente para ir y adorar al recién nacido: “Porque vimos cuando apareció su estrella y venimos a rendirle homenaje”. Sabios en los que todos nos vemos representados y en quienes estamos llamados a regresar, después de toda la rica experiencia vivida en este tiempo de Navidad a nuestras labores cotidianas por un nuevo camino. El camino de la alegría, el compromiso, el amor, el servicio y la fraternidad.
Reflexionemos ¿Qué enseñanza nos deja esta fiesta de la Epifanía del Señor?, ¿Con qué nuevas actitudes queremos regresar a nuestras labores cotidianas?
Oremos: Gracias, Jesús, por revelarte en la ternura y sencillez de un niño. Gracias por darnos la oportunidad de ser partícipes de este gran misterio y regresar a nuestras labores cotidianas llenos de tu amor y tu verdad. Amén.
Recordemos: Jesús manifiesta su amor a todas las naciones.
Actuemos: Agradezcamos al Señor por el tiempo de Navidad que hemos vivido y pongamos en sus manos, las disposiciones que tenemos de regresar a nuestras labores cotidianas por otro camino.
Profundicemos: La vida de oración nos ayuda a dar sentido nuevo a todo lo que queremos vivir en nuestras labores cotidianas (Libro: La oración. El respiro de la vida nueva).
