Los que lo tocaban se ponían sanos
(Marcos 6, 53-56)
Permitamos que la Palabra del Señor toque nuestra vida.
Los que tenemos la dicha de meditar diariamente el evangelio, podemos conocer cada día un poco mejor a Jesús, crecer en la intimidad con Él y entrar en sintonía con su manera de vivir; y desde esta relación cada jornada por difícil que pueda ser, se recarga de novedad y de sentido.
Hoy vemos a Jesús como misionero itinerante, que no espera que las personas vengan a Él sino que Él va buscando a todos los que están necesitados: “para esto ha venido al mundo” es la certeza que le mueve a ir de aldea en aldea de pueblo en pueblo. Las personas se pasan la voz y donde llega le llevan a los enfermos y le suplican que les permita tocar aunque sea solo el borde su manto. Y todos los que lo tocan quedan curados.
Reflexionemos:
Jesús no es un personaje del pasado, es Dios con nosotros y sigue caminado a nuestro lado; ¿Reconoces su presencia en las circunstancias concretas de tu vida? ¿Has experimentado en algún momento su cercanía y su ternura? Gracias Señor por caminar siempre a mi lado.
Oremos:
Gracias Jesús amigo, Señor y Salvador, creemos de todo corazón que en Ti está nuestra seguridad y felicidad en cualquier situación nos encontremos, aumenta nuestra poca fe.
Recordemos:
En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos.
Actuemos:
Alimento diariamente la certeza de que nunca estoy solo, Jesús es mas intimo a mi vida que yo mismo, y es mi salvador y mi mejor amigo.
Profundicemos:
Decenas de miles de personas han encontrado la fe en Dios y en Jesucristo a través de la búsqueda de la verdad en la Santa Biblia. Muchos de ellos no tenían nada más que la Biblia para alimentar y guiar a su fe, para sanarse en cuerpo y alma y así fue. Pide con fuerza, estudia atentamente la biblia y encontrarás respuestas
