“Levántate y ponte ahí en medio” (Lc 6, 8)
En el evangelio de este día, Jesús es nuevamente criticado por los escribas y los fariseos por ir en contra de las prescripciones del sábado. Esta vez por curar a un hombre con la mano paralizada. Pese a ello, aprovecha la ocasión para dejar en claro la necesidad de anteponer siempre la vida y el bienestar de los demás, a las prescripciones religiosas del sábado: “¿Qué está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?” Respuesta que desata la ira de los fariseos, pero que a su vez, muestra el nuevo sentido que Jesús quiere dar a las enseñanzas y a las prácticas sobre el sábado, teniendo como referente principal, el bienestar de los demás. Pidamos al Señor en este día la capacidad de ser personas más humanas, generosas y serviciales con todos los que nos rodean, empezando en el seno de nuestras familias.
Reflexionemos:
¿Pensamos en el bienestar de los demás?, ¿cómo podemos ser más generosos y serviciales con quienes nos rodean?
Oremos:
Ayúdanos, Señor, a cruzar las fronteras de nuestros egoísmos para reconocer las necesidades de quienes nos rodean. A tener un corazón generoso y solidario como el tuyo, capaz de amar y darse a cada momento. Amén.
Recordemos:
Las enseñanzas de Jesús nos hacen más humanos y solidarios.
Actuemos:
Salgamos al encuentro en esta jornada de las necesidades de nuestros seres queridos.
Profundicemos:
La solidaridad comienza en casa, cuando compartimos entre todos nuestros problemas y responsabilidades (Libro: Paternar, maternar. El arte de ser padres cuidadores y amorosos).