5 de mayo

 

“Él corta todos los sarmientos que no dan fruto”  (Jn 15, 2)

 

A través de la figura de la vid, Jesús en el evangelio de este día nos invita a reconocer la importancia de permanecer unidos a él. Unidad que implica en primer lugar, dejarnos podar y moldear por cada una de las actitudes y valores, que nos comunica a través de enseñanzas: Él corta todos los sarmientos que no dan fruto, y a los que dan fruto los poda y los limpia, para que den más fruto todavía”. Este tiempo de pandemia nos ha permitido identificar como la misma realidad que vivimos, nos ha exigido dejar de lado muchas cosas que antes valorábamos y considerábamos indispensables, para centrarnos en lo realmente necesario e importante. Así mismo, Jesús nos invita a percibir la importancia de dejarnos interpelar por los valores que nos comunica a través de su Palabra, permitir que nos transformen interiormente y den un referente nuevo a nuestra existencia: “Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán”.

 

Reflexionemos:

¿Qué actitudes personales necesitamos transformar para unir nuestra vida más a Dios?, ¿qué apegos ha podado en nosotros la pandemia?

 

Oremos:

Poda en nosotros, Señor, todo aquello que nos separa de ti y nos impide sacar lo mejor de nosotros mismos. Poda nuestros egoísmos, temores, angustias e indiferencias que tenemos hacia la realidad que vivimos. Amén.

 

Recordemos:

Dejarnos podar por Dios es purificar las intenciones más profundas que mueven nuestra existencia.

 

Actuemos:

Presentemos al Señor en el examen de conciencia de este día aquellas actitudes que necesitamos cambiar para unir nuestra vida más a él y a quienes nos rodean.

 

Profundicemos:

El sacramento de la reconciliación es un espacio privilegiado para sincerarnos con Dios y pedirle que pode las actitudes que nos separan de él (Libro: Yo también me confieso).

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