“No tengan miedo. Vayan a avisar a mis hermanos que vayan a Galilea. Allá me verán” (Mt 28, 7)
El encuentro con el Resucitado nos invita llevar la alegría de su resurrección a cada uno de los ambientes en los que transcurre nuestra existencia. Jesús en el evangelio de hoy pide a las mujeres que avisen a los discípulos que vayan a Galilea para reencontrarse con ellos: “No tengan miedo. Vayan a avisar a mis hermanos que vayan a Galilea. Allá me verán”. Al igual que los discípulos, nosotros también estamos invitados a volver a la Galilea de nuestra vida diaria enriquecidos por toda la experiencia de oración, celebración y encuentro con Jesús que hemos vivido en los días santos. Si bien puedan existir dificultades en nuestros hogares, ambientes de trabajo, estamos llamados a reconocer la presencia del Resucitado en ellos y dejar que los signos de su resurrección, nos lleven a retomar de nuevo nuestro camino con fe, valor y esperanza. Pidamos al Señor, la gracia de regresar a la Galilea de nuestra vida renovados por la fuerza y los signos de su resurrección.
Reflexionemos:
¿Cómo queremos vivir este tiempo de Pascua?, ¿con qué disposiciones interiores queremos retomar la Galilea cotidiana de nuestra vida diaria?
Oremos:
Ayúdanos, Señor a regresar a la Galilea de nuestra vida cotidiana renovados por los signos de tu resurrección. Que llenos de tu esperanza podamos sentirte presente en medio de nosotros. Amén.
Recordemos:
La gran invitación que nos deja el Resucitado es reconocer su presencia en nuestra vida cotidiana.
Actuemos:
Retomemos en este día con fe y esperanza nuestro trabajo y ocupaciones cotidianas.
Profundicemos:
Así como hay un camino de la cruz (Vía Crucis) existe también un camino de la luz (Via Lucis) que narra en 14 estaciones, la experiencia de fe que vivieron los primeros discípulos con Cristo resucitado (Libro: Via Lucis. Meditaciones sobre la resurrección de Jesús)