“Tú eres Pedro y te daré las llaves del reino de los cielos”
(Mateo 16,13-23)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
El pasaje de hoy consta de dos partes bien diferenciadas. En la primera Pedro confiesa la verdadera identidad de Jesús, mientras que en la segunda es Jesús que revela la identidad de Pedro y le encarga una nueva misión.
Simón Pedro confiesa a Jesús como mesías e Hijo de Dios vivo, afirmaciones que recogen el credo básico de la comunidad de Mateo y recorren toda la narración del evangelio. Este evangelista deja claro desde el principio de su obra que Jesús es el Mesías esperado enviado a Israel, y el Hijo de Dios obediente en todo a la voluntad del Padre.
La respuesta inspirada de Pedro: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” y la respuesta de Jesús: “¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, “esto no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en los cielos«, es el conocimiento interior prometido por Dios para aquellos con quienes establece la nueva alianza: «todos me conocerán». Su Iglesia es el nuevo pueblo, con un mandamiento nuevo, con una doctrina nueva, llamada a crear hombres nuevos bajo la guía del Vicario de Cristo, el sucesor de Pedro.
Hoy el Señor nos invita a preguntarnos, ¿quién es Jesús para nosotros? y ¿cómo hemos venido haciendo este camino de convertirnos en testigos autorizados de Él en medio del mundo?, ¿qué experiencia tenemos de Él? y ¿cómo hemos encarnado su Palabra en nuestra vida?
Oremos: Señor Jesús, te damos gracias porque siendo el Hijo de Dios, has entregado tu vida por nosotros.
Recordemos: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?” “Y ustedes quién dicen que soy yo?”
Actuemos: Pidamos en este día por la intercesión de Juan María Vianney, por las personas que consagran su vida al servicio del Evangelio.
Profundicemos: ¿Cuál es la imagen que tenemos de Jesús? ¿Es la imagen que nos presenta la Palabra de Dios o es la imagen que a nosotros nos parece más cómoda?
