“El rey lo sintió” (Mt 14, 9)
Llegamos al último día del mes de julio agradeciendo a Dios por todo el dinamismo de vida que la Palabra ha recreado en nosotros durante este tiempo. Hoy el evangelio, nos invita a recordar la figura de Juan el Bautista y junto a él, la importancia de acoger los llamados de conversión que el Señor nos hace a través de las personas que pone a nuestro lado. Juan en varias ocasiones alertó a Herodes sobre su mala conducta al tomar como mujer a la esposa de su hermano Filipo; sin embargo, Herodes no supo escucharlo, pese a temerle y ver como su pueblo lo tenía por profeta. De allí, que el día de su cumpleaños, tampoco haya tenido el valor para desairar a sus invitados frente a la petición de la hija de Herodías: “El rey lo sintió; pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel”. Quizás como Herodes nosotros también nos hacemos sordos a los llamados que el Señor nos hace para convertirnos, o nos dejamos llevar por las apariencias y la preocupación por la imagen que queremos mantener ante los demás. Pidamos perdón al Señor en este día, por las veces en que la presión por la imagen no nos deja mostrarnos realmente como somos ante los demás.
Reflexionemos:
¿Cómo acogemos los llamados que el Señor nos hace cada día para convertirnos?, ¿qué imagen buscamos proyectar a los demás?
Oremos:
Perdónanos, Señor, por las veces en que nos dejamos llevar por las apariencias y queremos reflejar aquello que no somos ante los demás. Ayúdanos a ser personas auténticas, libres y sencillas. Amén.
Recordemos:
Dios nos invita a ser personas auténticas y leales.
Actuemos:
Pidamos perdón al Señor en este día, por las veces en que nos dejamos llevar por las apariencias y no nos mostramos como somos.
Profundicemos:
Como seres humanos tenemos diferentes prejuicios o actitudes que no nos dejan mostrarnos como realmente somos ante los demás (Libro: Personalidades tóxicas).