30 de Diciembre

Despierta al niño y a su madre y huye a Egipto 

(Mateo 2, 13-15. 19-23)

 

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

La liturgia en éste día nos permite contemplar a la Sagrada familia de Jesús, María y José; con ellos celebrar el amor y la unión que debe existir al interno de cada grupo familiar, porque recordemos que la familia tiene su origen en la Santísima Trinidad y que el proyecto de Dios es hacer de todos las personas la gran familia humana, por ello Jesús ha venido a comunicarnos el inmenso amor del Padre. Como Padre de todos, Dios procura nuestro bien. Es aquí donde quiero invitarlos a centrar nuestra mirada. Nos dice Mateo, que cuando la vida de la Sagrada familia estaba amenazada Dios envió a un Ángel donde José para decirle: “Levántate, despierta al niño y a su madre y huye a Egipto, y quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo” Con esta fiesta que celebramos creo que es importante que en las familias se vuelva a tener presentes los valores del amor, la comunicación, la protección, la entrega y el respeto que hacen parte del sueño de Dios para la humanidad.

 

Reflexionemos: Cuando al interno de las familias se está perdiendo la armonía y la alegría de estar juntos es bueno preguntarnos: ¿Cómo padres, en qué estamos fallando?

 

Oremos: Trinidad Santa, te doy gracias por la familia que escogiste para llamarme a la vida. Gracias por el amor, la protección y cuidados que a través de mis padres Tú me brindas. Amén. 

 

Recordemos: “Levántate y regresa con el niño y su madre al país de Israel, porque ya murieron los que atentaban contra la vida del niño”

 

Actuemos: Hoy seré agradecido y actuaré de manera responsable con mis deberes, para contribuir a la armonía que debe permanecer en mi familia.

 

Profundicemos:

«Jesús mismo tuvo que ser protegido. Tenía un protector en la tierra: san José. Tenía una familia humana, la Sagrada Familia de Nazaret. Así nos recuerda la importancia de proteger a nuestras familias, y las familias más amplias como son la Iglesia, familia de Dios, y el mundo, nuestra familia humana. Lamentablemente, en nuestros días, la familia con demasiada frecuencia necesita ser protegida de los ataques y programas insidiosos, contrarios a todo lo que consideramos verdadero y sagrado, a lo más hermoso y noble de nuestra cultura.» (Papa Francisco)

 

Te invitamos a profundizar La Palabra de Dios con el Misal popular .

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