Hermanos: Acerca del amor fraterno no hace falta que les escriba, porque Dios mismo les ha enseñado a amarse los unos a los otros; y así lo hacen con todos los hermanos de Macedonia. Sin embargo, los exhortamos, hermanos, a seguir progresando: esfuércense por vivir con tranquilidad, ocupándose de sus asuntos y trabajando con sus propias manos, como se lo tenemos mandado.
L: Palabra de Dios
T: Te alabamos, Señor
R. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.
Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas. Su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo / R.
Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan; aplaudan los ríos, aclamen los montes / R.
Al Señor, que llega para regir la tierra. Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud / R.
“Les doy un mandamiento nuevo –dice el Señor–: que se amen unos a otros, como yo los he amado”.
“Como has sido fiel en lo poco, entra en el gozo de tu señor”
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: “Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno fue a hacer un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo viene el señor de aquellos siervos y se pone a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: ‘Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco’. Su señor le dijo: ‘Bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor’. Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: ‘Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos’. Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel!; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor’. Se acercó también el que había recibido un talento y dijo: ‘Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo’. El señor le respondió: ‘Eres un siervo negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quítenle el talento y dénselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese siervo inútil échenlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes’”.
S: Palabra de Dios
T: Gloria a ti, Señor Jesús