El Evangelista san Lucas, nos presenta la parábola del rico insensato. Es una historia que pone de manifiesto la imprudencia de buscar seguridad y satisfacción en las riquezas materiales. El relato comienza diciéndonos que un hombre se acerca a Jesús pidiendo que intervenga en la discusión que él tiene con su hermano sobre la herencia. Es evidente que lo que está en juego es la preocupación por lo material y el bienestar personal. La respuesta de Jesús no solo ignora la cuestión de la herencia, sino que introduce una enseñanza mucho más profunda sobre la avaricia. Jesús relata la parábola de un rico agraciado con una abundante cosecha; decide construir grandes graneros para acumular sus bienes. Su pensamiento revela una ilusión de control y seguridad: “Descansa, come, bebe y disfruta de la vida”. Sin embargo, Dios interrumpe su sueño de seguridad para recordarle que su vida es efímera: “Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma”. Esta parábola nos invita a reflexionar sobre nuestras propias prioridades. A menudo, como el rico, podemos caer en la trampa de acumular bienes materiales, creyendo que nos brindarán felicidad y paz. Sin embargo, Jesús nos desafía a considerar la fragilidad de la vida y la vanidad de las posesiones terrenales.
Para el momento de nuestra reflexión personal, podemos preguntarnos: ¿En qué estamos enfocando nuestra vida? La vida va más allá de lo material; por tanto, aprovechemos nuestro tiempo histórico y cosechemos desde ya, frutos para la Vida Eterna.
Señor Jesús, Divino Maestro, ayúdame a comprender que la verdadera riqueza reside en las relaciones que cultive, en el amor que comparta y en las acciones que realice en beneficio de mis hermanos. Amén.
Esta parábola me invita a ser generoso. Que mi existencia sea una donación total en el ámbito espiritual y material: que brinde bondad, amor, apoyo, consolación y que sepa compartir el pan y los bienes materiales con quienes más lo necesiten.
Ser ricos ante Dios implica compartir, servir y ser generosos, poniendo nuestra confianza en Él en lugar de nuestros propios bienes materiales. /p>
Nos dice una cita bíblica y el coro de un canto: “Busquen primero el Reino de Dios y su justicia y lo demás se les dará por añadidura”. Dios nos ofrece el camino de la vida para hacer el bien a nuestro prójimo a través del servicio, para que obtengamos el verdadero sentido de vivir.