“Verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre” (Jn 1, 51)
Hoy celebramos la fiesta de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, grandes mensajeros de Dios. Por eso, el evangelio nos remite al momento en que Jesús conoce a Natanael y le muestra que no solo conoce la transparencia de su corazón, sino que también le promete que gracias a su fe, verá cosas mayores: “En verdad, en verdad les digo: verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”. A través de los ángeles, Dios ha dado a conocer sus enseñanzas a lo largo de la historia de la salvación y ha acompañado de cerca la vida de sus elegidos. Ellos han sido guía, sustento y consuelo en el camino que muchos de ellos han recorrido. Por eso, recordar hoy su memoria, es revivir en nosotros la certeza que Dios nunca nos desampara y nos acompaña a través de ellos y de las personas, que como los ángeles, nos guían y confortan en el camino. Encomendémonos en este día bajo su protección y pidámosles que nos guíen en la misión que vivimos hoy como padres, hijos, laicos o religiosos.
Reflexionemos:
¿Cómo experimentamos en nuestra vida la acción de los ángeles?, ¿qué personas nos guían en nuestra existencia?
Oremos:
Gracias, Señor, por poner en nuestra vida personas maravillosas que nos guían a tu encuentro. Gracias por que a través de tus ángeles, nos ayudas a experimentar que no estamos solos y que siempre nos proteges. Amén.
Recordemos:
Los ángeles no solo nos cuidan y protegen, sino que también nos llevan al encuentro de Dios.
Actuemos:
Agradezcamos al Señor en este día, por las luces que nos comunica a través de sus ángeles y de las personas que pone en nuestro camino para ayudarnos.
Profundicemos:
Los ángeles son seres espirituales que acompañan de cerca nuestra existencia (Libro: Ángeles. Compañeros de todos los días).