“El Hijo del hombre va a ser entregado”. Les daba miedo preguntarle sobre el asunto
(Lc 9, 43b-45)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Jesús sigue insistiendo a los discípulos que entiendan aquello que quiere decir caminar junto a Él hacia Jerusalén. No quiere que sigan haciéndose falsas expectativas sobre lo que encontrarán, ya que muchas veces también nosotros tendemos a creer que seguirlo significa no tener dificultades o problemas. Por el contrario, cuando se opta por Jesús y por el Reino, implica tomar decisiones que en la mayoría de los casos, van en contracorriente a todo aquello que el mundo propone.
Preguntémonos: ¿Qué es la fe, para mí? Y la cruz… ¿Qué significa?
Oremos: Espíritu Santo, ayúdame a no desanimarme ante las dificultades. Que con tus dones pueda enfrentar la vida con mayor valor y creatividad. Que revestido con tu verdad, aprenda a vivir los sufrimientos con mayor fe, fortaleza y gran esperanza en Cristo Jesús. Amén.
Actuemos: como lo haría Jesús, con fe, gran confianza en Dios y optimismo, cargando la cruz que hemos de llevar, hasta el final, agradeciendo la vida y las oportunidades que se nos dan para ser mejores a cada paso.
Recordemos: que no estamos solos, es Jesús quien camina con nosotros y nos dice que no tengamos miedo, pues Él no nos abandonará
Profundicemos: hablar de muerte no es fácil, porque es enfrentarse con el misterio y lo que nos trasciende no tiene explicación. Solo hay que aceptarla desde la fe. El Señor Jesús aceptó la muerte abandonándose a la voluntad del Padre y así, fue capaz de atraer sobre nosotros la salvación.
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