“La medida que usen la usarán con ustedes, y con creces” (Mc 4, 22)
Con el ejemplo del candil o la lámpara encendida, en el evangelio de este día, Jesús nos invita a compartir los dones y cualidades que tenemos con los demás. Así como la lámpara cumple la función de iluminar un ambiente oscuro para quien necesita ver mejor, así mismo nuestra vida está llamada a iluminar, con nuestras buenas acciones, el camino de quienes están a nuestro alrededor. Muchas veces, por temor al compromiso o a dejar de lado las comodidades que tenemos, reservamos para nosotros mismos o nuestros ambientes más cercanos, las capacidades y los dones que tenemos, olvidando la importancia de ponerlos en común. Jesús nos ayuda hoy a caer en la cuenta de ello y a reconocer la gran necesidad de hacer por los demás aquello que quisiéramos que hicieran por nosotros. Pidamos al Señor, que ante la coyuntura actual que seguimos viviendo por el coronavirus, pongamos en común los dones y las cualidades que tenemos para salir al encuentro de las necesidades de todos aquellos que sufren los efectos negativos de la pandemia.
Reflexionemos:
¿Compartimos con los demás las cualidades que tenemos?, ¿cómo podemos ser personas más generosas y serviciales?
Oremos:
Enséñanos, Señor, a ser generosos y serviciales con nuestro tiempo, conocimientos, capacidades y recursos. Que de tu mano, aprendamos a compartir gratuitamente aquello que somos y tenemos con los demás. Amén.
Recordemos:
Cuando compartimos aquello que somos y tenemos con los demás nuestra vida es la más beneficiada.
Actuemos:
Compartamos en este día nuestro tiempo con alguna persona que necesite ser escuchada, esté enferma o pase alguna necesidad.
Profundicemos:
En la vida diaria son muchas las posibilidades que tenemos de compartir a diario nuestros conocimientos o recursos con los demás empezando por nuestro grupo familiar o ambiente de trabajo (Libro: Fratelli tutti).